PUNQAM es el Programa de la Universidad Nacional de Quilmes para personas mayores. Este espacio reúne a un promedio de 800 estudiantes y ofrece unos 40 cursos cuatrimestrales. Dichos talleres abordan temáticas como nuevas tecnologías, arte, medios de comunicación, salud, recreación e historia, entre otras.
PUNQAM, además, propone recorridos culturales locales y nacionales, brinda orientación psicológica y asesoramiento legal para personas con discapacidad y adultas mayores, y ofrece conversatorios abiertos a la comunidad en general.
Los comienzos

Más tarde, en agosto de 2014, se firmó el primer convenio con el Instituto de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP); es decir, el Programa Integral que creó un espacio universitario específico para las personas Adultas Mayores (UPAMI) y que marcó el comienzo de la articulación de políticas públicas entre las dos instituciones. Finalmente, en marzo de 2015, este espacio se consolidó con la creación del Programa de la Universidad Nacional de Quilmes para Adultos Mayores (PUNQAM) dentro de la Secretaría de Extensión Universitaria.
Qué hacemos

Además, el programa organiza recorridos culturales locales y nacionales, brinda orientación psicológica y asesoramiento legal para personas con discapacidad y adultas mayores. También propone espacios de capacitación y conversatorios abiertos a la comunidad en general.
PUNQAM en tiempos de pandemia

De esta manera, en septiembre de ese año, se renovó el convenio de cooperación con UPAMI y se implementó por primera vez la modalidad de cursada virtual para garantizar el derecho a la educación de las personas mayores y su pertenencia a la Universidad.
En ese sentido, y con el fin de brindar soporte y apoyo tecnológico, estudiantes de grado ocuparon el rol de auxiliares de aula y acompañaron a las personas mayores tanto en el proceso de inscripción como en la cursada virtual. En este punto, cabe destacar que el vínculo intergeneracional se profundizó, no sólo desde el acompañamiento en sí sino también desde lo académico.
La cursada virtual no sólo permitió que nuestras personas adultas mayores siguiesen aprendiendo, potenciando su creatividad y socializando con sus pares, sino también llegar a otras regiones geográficas o estudiantes con problemáticas de movilidad y acceso que no hubiesen podido cursar de manera presencial.